La próxima semana se publica la edición número 3 mil del semanario francés Paris Match, que desde el 25 de marzo de 1949 se edita sin interrupción.
Hoy forma parte del grupo editorial Hachette-Filipacchi, que cuenta con más de 50 títulos a nivel mundial. En sus orígenes, antes de la Segunda Guerra Mundial, circulaba sólo con el nombre de Match y era especializada en deportes. Pero al terminar la guerra, se replanteó el proyecto con el nombre que hoy conocemos.
Se trata de un semanario que le da absoluta prioridad a la imagen como principal oferta a sus lectores. Un ejemplo: Sebastián Salgado, uno de los fotógrafos documentalistas más importante del mundo, tiene un contrato de exclusividad con el Match, que lo compromete a publicar cuatro reportajes al año sólo para este semanario.
En voz de Liliane Gallifet, experimentada reportera de Paris Match con más de 30 años en la redacción del semanario, nos cuenta su visión de lo que significa trabajar con este equipo. Para Liliane, quien ha entrevistado a personajes de la talla de Arafat, Kadhafi, Nixon o Chirac, la experiencia en el Match radica en la posibilidad de hacer reportajes sobre el terreno, siempre variados y excitantes, ya sea en la invasión a Irak, en África o las historias en América Latina.
Se trata de un periodismo que sólo depende de la realidad. Si, Paris Match llega hoy a sus 3 mil números, con un tiraje que supera cada semana el millón de ejemplares, se debe a la tenacidad de un hombre, Roger Thérond, quien supo crear una revista de referencia, con su inteligencia y ojo crítico, editándola como si se tratara de una película, con un ritmo especial en cada reportaje.
Él provocaba con cada edición que el lector se sorprendiera y fuera seducido por sus imágenes. Un personaje clave en Paris Match es el fotógrafo Daniel Filipacchi, hoy retirado en Estados Unidos, quien después de una década de haberse integrado al semanario, pudo comprar la revista y dirigirla para darle toda la fuerza al poder de la imagen.
Liliane lo describe como un hombre genial y muy creativo, que siempre propició el trabajo en plena libertad para producir la mejor revista posible, sin preocuparse por las consecuencias políticas o la rentabilidad de cada número. Hoy para mí, es un verdadero honor colaborar con Paris Match desde México, y por ello comparto la alegría de su edición número 3 mil.