Ética y responsabilidad

Hagamos un alto en medio de la vorágine informativa y reflexionemos juntos por un instante sobre el poder de la imagen en nuestra sociedad. Recordemos la foto del niño muerto en la playa de Turquía, de la que aquí hablamos hace un mes. ¿Sirven estas fotografías para causar algo más que indignación?, ¿Tiene alguna utilidad publicar ese tipo de imágenes o indignarnos en redes sociales?, ¿La imagen de Aylan Kurdi detendrá la Guerra en Siria?, Acaso, ¿con estas imágenes mejoramos como sociedad? 

En días recientes esa fotografía golpeó la conciencia colectiva, descarriló la diplomacia europea y sacudió las políticas migratorias en todas sus fronteras y al mismo tiempo reforzó los sentimientos de solidaridad hacia los refugiados sirios en todo el mundo. 

En este contexto, por aquellos días, el diario sensacionalista Bild, el de mayor circulación en Alemania fue duramente criticado en redes sociales por publicar la fotografía del niño musulmán en primera plana, por lo que decidió no publicar una sola imagen en sus páginas a la mañana siguiente, todo con la intención de que la gente experimentara lo que sería un diario sin imágenes por un día. El resultado fue escalofriante. 

La foto que tomó Nilüfer Demir, expone el drama de este menor y pone sobre la mesa un asunto de ética en nuestro trabajo como profesionales de la lente. Pocas situaciones en la vida son más dolorosas que ver a niños en escenarios de guerra, recordemos uno de los casos más famosos, el de 1972 de la niña de Napalm, imagen a la que se le atribuye incluso un cambio de actitud del gobierno de los Estados Unidos que al final puso fin a la guerra nueve meses más tarde. 

Queda claro que si no hay imagen, no hay impacto y por lo tanto la sociedad necesita esos resortes visuales para movilizarse o empujar nuevos paradigmas sociales. Es por ello que yo si creo en la pertinencia de difundir estas fotos; por supuesto que la publicación de este tipo de imágenes sirve para alimentar la indignación, pero el ser humano es así, necesita ver el horror para horrorizarse; si no, no pasa nada. 

Entonces ¿Qué nos toca hacer a los fotoperiodistas de hoy? Claramente seguir siendo leales a nuestros principios de honestidad y profesionalismo. Debemos trabajar para que algún día en nuestro país y el resto del mundo se consolide un marco ético para el fotoperiodismo, porque lo que importa es que finalmente estas imágenes se traduzcan en información oportuna, veraz y de calidad para todos. 

Es por todo lo anterior que en Círculo Rojo en alianza con la Universidad Panamericana nos dimos a la tarea de organizar una jornada completa para debatir estos temas con varios profesionales, y por ello convocamos a Daniel Aguilar, fotoperiodista contemporáneo, Darío López de la AP, Omar Torres de AFP y a tres fotoperiodistas más de los diarios Excélsior, Reforma y El Universal para debatir este y otros temas con estudiantes de periodismo y fotografía documental. 

Así pues, los invitamos para el próximo jueves 8 de octubre a esta jornada de debate, a partir de la 9:30 de la mañana y hasta las 5:30 en el campus Mixcoac de la Universidad Panamericana. Es entrada libre y por allá nos veremos.