Visa

Perpignan, Francia. Este fin de semana terminó la etapa profesional de Visa pour l’image. 

Claudia Guadarrama, la fotógrafa que estaba por acá con su exposición, participó el jueves en una mesa sobre fotoperiodismo. Ahí presentó un panorama crítico de la forma en que los fotógrafos mexicanos trabajan. 

Todavía recuerdo que hace años, cuando Claudia era mi alumna en la Activa de Coyoacán, ella soñaba con hacer un gran reportaje gráfico; su carácter rebelde y tenacidad personal le han recompensado de alguna forma con este último trabajo de los migrantes presentado en Visa. Ahora, debe capitalizar su reciente internacionalización para buscar nuevos retos y alcanzar sus metas profesionales. 

 Una de las novedades de este encuentro ha sido el patrocinio de la revista francesa CHOC, lanzada en 2004 y que ya vende cerca de 350,000 ejemplares por edición. Esta revista de actualidad, pretende mostrar al mundo tal como es, insólito, crudo y a veces vulgar. Vaya que hay público para todo en cualquier parte del mundo. 

Las presentaciones nocturnas, siguen siendo algo de lo más atractivo de este festival; imágenes de Chernobyl, de los leprosos en Brasil, un recuento del huracán Katrina y la celebración de los 20 años de la agencia Vu. Al final, hemos visto lo mejor de los reportajes proyectados. Series sobre el sida en África, el cólera en el Congo; retratos de niños, mujeres y hombres en Somalia con deformaciones congénitas atroces en el rostro. Guerras en todo el planeta. Hambre y miseria brutal en África. 

En verdad uno termina deprimido por lo que pasa en buena parte del mundo, mientras la sociedad, en general, da la espalda con su indiferencia. En definitiva, algo hemos hecho muy mal en este planeta para generar estas imágenes de desolación y tragedia. 

Es el imperio de la estupidez hecho imagen. 

Por último, en las conferencias aquí presentadas, destacó este fin de semana la participación de Pepe Baeza, editor de foto en La Vanguardia de Barcelona. 

Provocador como siempre, puntualizó que ante el enorme crecimiento de los fotógrafos aficionados con celular en mano, por más cantidad de imágenes que produzcan, seran siempre los medios los que impongan el estilo y determinarán qué se publica y qué no. No olvidemos que la imagen es un síntoma de lo que vemos y que, al final, por cada foto que se publica, hay otra que ha sido sustituida. Y este es un modelo mediático que, al parecer, no cambiará nunca.