Como dijeron por ahí San Garabato hoy está de luto por la muerte de Rius. Se fue un ícono de la caricatura del Siglo XX en México, un referente obligado del humor político en nuestro país, autor de más de 100 libros y un sin fin de personajes con los que creció toda una generación.
Pues bien, no soy quién para hablar de la historia y trayectoria de este prolífico monero, pero sí viene a cuento, rescatar del baúl de los recuerdos, una imagen que le tomé a Rius después de una comida con motivo de su Premio Nacional de Periodismo en 1987, hace 30 años, cuando yo estudiaba la prepa y soñaba con ser fotógrafo Sobra decir, para quienes me conocen, que por razones familiares siempre he estado cerca de la galaxia de San Garabato y algo se de ellos.
¿Qué haríamos sin la fotografía como herramienta contra la desmemoria? Esta fotografía la publiqué en las páginas del diario La Jornada que era como el Instagram cultural de aquellos años.
En esta fotografía están todos, o casi todos los moneros de al menos dos o tres generaciones de creadores. Ahí están Demián Ortega, Helguera, El Fisgón, Magú (mi padre), Palomo, Carreño Jr, Kemchs, Ulises Culebro, Helioflores, Naranjo, y por supuesto, al centro el premiado Rius; Jorge Carreño y Manuel Ahumada. Trece talentosos moneros que se han pitorreado de todos los poderosos durante los últimos 60 años en la industria editorial de nuestro país, y mucho antes de la era del meme que todo lo depreda.
Como a todos, me entristece la muerte de todo mexicano talentoso que abandona nuestro mundo en el territorio de los vivos y en ese sentido, cuando veo esta foto, también me resulta inevitable ver que los cuatro moneros de la primera fila ya se nos adelantaron. La muerte no descansa, se llevó a Naranjo en 2016, a Rius el pasado 8 de agosto de este año, a Jorge Carreño en 1987, a 90 días de esta imagen; y al querido Ahumada hace 3 años en 2014.
Por fortuna todos los demás aún viven.
Esta imagen fue la primer foto publicada con la que arranqué mi carrera como fotoperiodista, y claro, nadie se hace solo, a mi padre le debo mucho, y entre todas las cosas que le agradezco siempre será el impulso para comenzar en esta locura de capturar el mundo a través de la mirada.
Larga vida a todos los moneros de este país y que descanse en paz, el buen Eduardo del Río, papacito de Los Supermachos y creador del historieta política en México.