Pizarro anda en México y estuvo una semana impartiendo un taller de fotografía documental a estudiantes de comunicación de la Universidad Panamericana, a alumnos destacados de Círculo Rojo y a nuestros fotógrafos premiados del departamento de foto de El Universal.
Jordi es catalán, nació en 1985 y vive en la India. Justo esta semana publicó en New York Times una serie fotográfica de largo aliento que ha estado trabajando en los últimos meses, la casi desaparición de una Isla en la bahía de Bengala.
Ghoramara es una isla que se encuentra a 150 kilómetros de Calcuta, al sur de la India. Hace 20 años había más de 5,000 residentes en esa zona, hoy queda apenas una quinta parte de ellos. Justo de esa serie es la imagen que acompaña esta columna, esta foto sintetiza el drama del cambio climático global, que empieza a transformar la geografía del mundo, es el rompimiento de un dique que intenta detener la subida del mar sobre esta pequeña isla de unos mil habitantes.
Ghoramara está desapareciendo. Jordi nos cuenta que su gente en dicho territorio son familias que viven de la pesca y la siembra del arroz, cuya producción se ve amenazada por las permanentes inundaciones que están borrando del mapa esa y otras islas en la región. Jordi es un fotógrafo de 30 años que comienza a consolidar una carrera profesional a la que habrá que ponerle el ojo.
En sus inicios allá por España, trabajó para medios locales en la cobertura de asuntos informativos, de aquella experiencia aprendió y creció, pero hace tres años decidió irse a la India para dedicarse de lleno a sus proyectos personales. Frente a la crisis financiera que hoy enfrentan diversos medios impresos y derivado de la falta de recursos para apoyar a sus fotoperiodistas, Jordi decidió buscar sus propios temas y al mismo tiempo explorar otras maneras de autofinanciamiento que ha encontrado a través de becas y organismos internacionales de todo tipo.
Así es como ha elaborado distintos temas, incluyendo uno de largo plazo que lo ha llevado por todo el mundo para retratar la Fe; desde la santería en Cuba, pasando por los judíos en Jerusalém o los católicos en Polonia. Este último proyecto aún en curso lo presentará en el futuro en forma de libro y buscará su publicación en distintas plataformas. Jordi Pizarro es un buen ejemplo de lo que la tenacidad, el talento y la pasión por la imagen pueden lograr en conjunto, cuando se decide uno a ser profesional y dejar de lado el victimismo anteponiendo la inteligencia y la decisión firme de documentar el mundo a través de la mirada. Felicidades Jordi y buen retorno a la Delhi.