Emmanuel Lubezki tiene una mirada única alimentada por su pasión por la imagen, su cultura visual y el reto permanente que le implica siempre colocarse nuevas metas en cada filmación. Lubezki estudió fotografía en Coyoacán y desde entonces exploró todas sus posibilidades.
Ha sabido hacer una mancuerna genial con al menos dos compatriotas, los directores Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu. Lubezki es un fotógrafo que en cada proyecto se impone nuevas fronteras creativas, da igual si el reto es representar la Gravedad Cero; un mundo apocalíptico; una aventura erótica en tierras mexicanas o las tomas continuas en los pasillos de un viejo teatro en Broadway.
El Chivo lo resuelve y lo resuelve de maravilla. A Lubezki lo conocí en la Colonia Roma cuando filmaba Miroslava en 1993, una película escrita por Vicente Leñero y Guadalupe Loaeza que no pegó mucho pero que fue una delicia visual en pantalla.
Me consta que para el Chivo cada encuadre era una obra de arte, lo recuerdo entrando y saliendo con su cámara a través de una puerta de cristal. Un par de años antes fotografió la divertida película de Sólo con tu pareja, en complicidad con Cuarón; y venía de hacer también Como Agua para Chocolate de Alfonso Arau terminada en 1992, trabajo que le abrió las puertas en la industria fílmica de los Estados Unidos. Estudió en la UNAM, ingresó a la escuela de Historia de la Universidad Nacional, pero después se cambió al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, el famoso CUEC, donde se especializó en cinefotografía para graduarse en 1987.
Una tarde de 2005 en Los Ángeles, me encontré con Lubezky para hablar sobre cine, fotografía y fotoperiodismo. Lubezki me decía: “Yo siempre quise ser fotógrafo documental, de calle pues”. Durante aquella tarde el Chivo seguía con sus confesiones: “Siempre me ha gustado retratar a las personas, admiro mucho el trabajo de Graciela Iturbide, pero no tengo el talento de fotografiar a gente desconocida sin controlar aspectos de iluminación o de la escena completa. Creo que soy algo tímido para eso. Por ello, me dediqué a lo del cine, porque ahí tengo “todo bajo control”. “La calle siempre intimida”.
El Chivo ya hizo historia, lleva cuatro nominaciones al Óscar y ganó dos al hilo. Lubezki es una clara muestra del talento nacional, pero desarrollado en una industria extranjera. Formado en México pero catapultado por una plataforma internacional, compitiendo con los mejores del mundo y poniendo en alto el trabajo visual de nuestros compatriotas en el cine a nivel global. Enhorabuena por el admirado Lubezki.